Actualizado el sábado, 7 enero, 2023
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De tapeo por Sevilla
Una de las actividades más enriquecedoras a la hora de conocer una ciudad, consiste en disfrutar de su gastronomía saboreando los platos típicos del lugar. Quien visita Sevilla coincide en que es una de las grandes capitales mundiales del buen comer.
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¿Cuáles son los platos y tapas típicos de Sevilla?. ¿Cuales son algunas especialidades que no debemos perdernos a la hora de probar las famosas tapas sevillanas? Casi parece un sacrilegio recomendar ninguna sobre otra, pero trataremos de dar algunas ideas, que luego podrán ser acompañadas por aquellas que nuestros sentidos nos recomienden en cualquiera de los establecimientos sevillanos.
Espinacas con garbanzos
Típico plato de cuaresma (días previos a la Semana Santa). Espinacas rehogadas con un majaito (en el mortero, un ajo doradito en la sartén, sal gorda y pan mojado en el aceite de la sartén) y garbanzos hervidos. Eso si, sin olvidar su toquecito de laurel y cominito molido. ¡Pa chillarle!.
Chipirones a la plancha
Plato sencillo, pero no por ello falto de mérito; hay que saber darle el “punto exacto” de plancha y su toquecito de salsa ligerita, entre suavita y picantita. No se vaya de la ciudad sin probarlo.
Serranito
Bocadillo completito que resucita a un muerto. Se toma calentito, con su filete (pollo o cerdo, lo más habitual) a la plancha, su pimiento verde frito, su buena loncha de jamón serrano, sus rodajitas de tomate natural… y a disfrutarlo.
Los hay más “hambrones” que le añaden una tortillita francesa. Salsa al gusto (véase mojo, Ketchup…) aunque con el aceitillo del filete y el pimiento es suficiente, para qué enmascarar su magnífico sabor natural…
Montaditos
Podríamos definirlos como “mini bocadillos”, aunque ese nombre no le haga justicia, porque montaditos se pueden encontrar casi casi de todo. Hombre, todo lo que pueda ir (que haya salido de la cocina, se entiende, claro) entre pan y pan sin que se caiga ni chorree mucho…. Tiene permiso para ser montadito.
Se dividen en dos grandes grupos: los fríos (chacina, principalmente) y los calentitos (de todo lo que usted pueda imaginarse). Consejo: no se pierdan los montaditos de pringá (chorizo, tocino, morcilla y carne del cocido). Para pedirlos en muchos sitios, ármense de paciencia y pregunten al camarero de qué son, ya que muchos de ellos tienen nombre propio: “caballito”, “capote”…
Pescaito frito
Presentación propia del pescado del sur de España. Para que esté bueno, el secreto está básicamente en dos factores: que el pescado sea fresco (o muy bien descongelado, oiga) y que el aceite sea de calidad (un oliva virgen extra, por lo menos) y que esté a la temperatura ideal (no más de 190º).
No se vayan de la freiduría (en mi opinión mejor que en restaurante) sin probar las pavías de bacalao o merluza, los chocos fritos, o algo que se está poniendo de moda: los calamares del campo. Vale, podemos sentirnos “timados” cuando al morderlo comprobamos que de pescado… ná, y de calamares menos, pero están ¡deliciosos! Son rodajas finas de cebolla, pimiento rojo y verde enharinadas y fritas. No se arrepentirá si los pide.
Solomillo al whisky, al roquefort…
Filetito de solomillo de cerdo a la plancha, con salsa al whisky (más típico imposible) o al roquefort, para los más “queseros”. El camarero no pestañeará si lo pides abreviado: «Solomillo roque». Cada vez se ve más la versión más hispánica: Solomillo cabrales.
Rabo de toro
Guiso contundente (cola de toro, cebolla, ajo, chorrito de vino, mucha paciencia, mucho cariño…y listo) pero exquisito. Puede enmarcarse en el grupo de las “calderetas”. Diría que es imprescindible pedir una gran provisión de buen pan para mojar en la salsa. No se arrepentirá, aunque sea el único plato que pida.
Gazpacho
Definida como “sopa fría de tomate”. Aunque está tomando mucho auge el tomarlo en vaso, como un buen “chute de vitaminas”. Entre los que están a régimen (o eso dicen) tiene fama de engordar, ya que en su elaboración tradicional se incluye el pan (la “bestia negra” de todas las dietas). Pero tenemos una riquísima y sanísima opción: una zanahoria. Tomate rojo, pimiento, un poquito de pepino, un diente de ajo, sal, aceite y vinagre, pan remojado (o la zanahoria), agüita fresca, un toque de batidora…. Y a disfrutar.
Lo dicho: para los de régimen, en vaso; para los canijillos, en plato hondo, con sus piquitos troceados, sus patatitas fritas, jamoncito picado…. O cualquiera de sus ingredientes troceado. O lo que quiera, ya que es un plato que admite casi todo.
Revueltos variados
Huevo, imprescindible. Acompañado de gambas, espárragos trigueros, jamón, Patatas… o lo que usted pueda desear.
Caracoles
Simpáticos moluscos gasterópodos que aquí se comen con palillo (no como los chinos, sino mondadientes) y sorbiendo (no le dé vergüenza, por esta tierra y con esa tapita delante está justificado). Acompañado por su vasito de caldo (oscurito y sustancioso), para “rematar la faena”.
Bebidas
Cerveza Cruzcampo (la reina de los bares) aunque no le van a la zaga un buen Barbadillo, un Fragata (blancos), un tinto de verano (sea verano o no); un buen moscatel, una manzanilla o un finito de la provincia de Cádiz.
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