Actualizado el domingo, 24 septiembre, 2023
💀 Los lugares de la Inquisición en Sevilla
La Inquisición española o Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición fue una institución fundada en 1478 por los Reyes Católicos para mantener la ortodoxia católica en sus reinos.
La Inquisición española tiene precedentes en instituciones similares existentes en Europa desde el siglo XII, especialmente en la fundada en Francia en el año 1184.
La Inquisición española estaba bajo el control directo de la monarquía. En Sevilla fue concedida la dirección de los procesos inquisitoriales a los cargos eclesiásticos locales con la supervisión de la monarquía castellana. En Sevilla tuvo mucha actividad, es un pasaje interesante de nuestra historia.
En 1478, la Santa Sede concedió el privilegio de constituir tribunales inquisitoriales en Castilla y su actividad se inició en Sevilla y Córdoba, donde parecía existir mayor número de falsos conversos
Sevilla fue el primer lugar de toda España donde se implantó esta célebre institución
El término inquisición, en sentido amplio, es un tribunal religioso que averigua y castiga los delitos contra la fe.
La Inquisición tenía la tarea de investigar y juzgar a personas acusadas de herejía u otros delitos religiosos, y su jurisdicción se extendía tanto a los laicos como a los clérigos. A través de sus procedimientos, la Inquisición interrogaba, juzgaba y condenaba a los acusados, y a menudo los sentenciaba a castigos que incluían la confiscación de bienes, la cárcel o incluso la ejecución.
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La Inquisición fue activa en Sevilla, con un tribunal, celdas de internamientos y autos de fe
En sus años de actividad, la Inquisición fue una herramienta importante para la Iglesia Católica para mantener la ortodoxia religiosa y suprimir la disidencia. Sin embargo, su funcionamiento a menudo estuvo marcado por la violencia, la tortura y la represión, y sus métodos y procedimientos fueron objeto de crítica y controversia, a menudo también exagerada para promocionar la leyenda negra de España y de la propia Iglesia Católica.
🔥 Arquillo del Ayuntamiento, antiguo Convento de San Francisco.
Nuestra ruta temática de la Inquisición en Sevilla puede comenzar en el Arquillo del Ayuntamiento. Allí nos daremos cita para escuchar una breve introducción a nuestra visita y conocer el lugar donde se llevaron a cabo los Autos de Fe o juicios públicos de la Inquisición.
Veremos en qué consistían y cómo eran organizados y contemplaremos la famosa llamada «Cruz de la Inquisición», que se instaló en recuerdo del último auto de fe celebrado en 1703 por la Santa Inquisición en la Plaza de San Francisco, aunque otras teorías la relacionan con la epidemia de peste.
Sevilla fue el lugar en el que se celebró el 6 de febrero de 1481 el primer auto de fe de la Inquisición española.
Los autos de fe eran ceremonias en las que se producía la lectura pública y solemne de las sentencias dispuestas por el Tribunal de la Inquisición. Los puntos centrales del auto de fe eran la procesión, la misa, la lectura de las sentencias y la reconciliación de los pecadores. Se celebraban preferentemente en domingos o festivos para favorecer la presencia de público y por tanto su carácter ejemplarizante.
Algún representante de la corona, en ocasiones el propio Rey, presidía junto al inquisidor general la lectura de las sentencias pronunciadas en público por el fiscal
El Auto de Fe se celebraba en varias localizaciones: en el convento de San Pablo, en la iglesia de Santa Ana, en la de San Marcos, en las gradas de la Catedral o en la Plaza de San Francisco. Los azotes y el suplicio tenían lugar en otros sitios, por ejemplo en la Puerta del Perdón. Los quemaderos estaban en la Tablada y en el Prado.
El primer auto de fe se celebró en Sevilla el 6 de febrero de 1481, donde fueron quemados vivos seis detenidos acusados de judeoconversos.
✝️ Parroquia de la Magdalena, antiguo Convento de San Pablo.
Continuaremos nuestra visita hasta la bella Parroquia de la Magdalena, por ser esta la primera sede del Santo Tribunal en tiempos en los que residían en ella los monjes dominicos. Esta iglesia es prácticamente lo único que queda del antiguo Convento de San Pablo el Real, desde el que se puso en marcha esta Institución en Sevilla de la mano de Fray Alonso de Ojeda, y por tanto en Castilla. Se cree que las primeras celdas estaban en este convento, antes de ser habilitadas las del Castillo de San Jorge.
La Inquisición española tuvo un papel más que relevante en la ciudad de Sevilla. Los Reyes Católicos instauraron el Santo Oficio, situando su sede en el antiguo Convento de San Pablo, actual Parroquia de la Magdalena. Durante la estancia de la reina Isabel I de Castilla en Sevilla entre 1477 y 1478, el dominico sevillano Alonso de Ojeda, prior del convento de San Pablo, la convenció de la existencia de prácticas judaizantes entre los conversos andaluces. Sevilla era un centro comercial de enorme importancia y atraía personas de todo el mundo conocido con sus prácticas religiosas y costumbres.
Un informe, remitido a instancias de los soberanos por el cardenal Mendoza, arzobispo de Sevilla, y por Tomás de Torquemada, vino a corroborar las sospechas. Para descubrir y acabar con todos los falsos conversos, en 1478, los reyes solicitaron bula papal para la creación del Tribunal de la Inquisición del Santo Oficio, como dependencia directa de la Corona.
Aquí tuvo lugar la primera condena inquisitorial en 1481 y a lo largo de este año el convento serviría tanto para vivienda de inquisidores como para cárcel de los perseguidos.
Entraremos en la Iglesia de la Magdalena recientemente restaurada para ver los vestigios que quedan en ella del Santo Tribunal. Algunos de estos muy sutiles y seguramente hayan pasado desapercibidos a ojos incluso de los sevillanos.
Se puede el escudo de la Inquisición grabado en los candelabros que flanquean a la talla de Santa María Magdalena en el altar mayor o el cuadro del auto de fe de Diego López Duro, que fue quemado vivo por judaizante el 28 de Febrero de 1703, pintado por Lucas Valdés en el crucero.
En la bóveda del altar mayor contemplaremos por ejemplo, un fresco de Lucas Valdés que representa el Triunfo de la Fe en los cuatro continentes gracias a la labor de los monjes dominicos.
En la cúpula que hay en la entrada de la parroquia desde la calle de San Pablo todavía puede verse una cruz que se encuentra franqueada por una espada a un lado (representando a la justicia) y una rama de olivo al otro (la misericordia). Este es el escudo de la conocida como Santa Inquisición.
⛓️ Castillo de San Jorge, Puente de Triana
En menos de una año, debido a la creciente multitud de procesos y a la falta de espacios para los mismos, la sede inquisitorial fue trasladada al Castillo de San Jorge.

En esta antigua fortaleza se situaron también las celdas en las que los reos esperaban a ser llamados a la temida “cámara de los tormentos” para sus confesiones y para ser posteriormente enjuiciados y sentenciados.
La magnitud del descubrimiento de América llevó a que el Santo Oficio no solo buscara justicia para aquellos conversos o judaizantes que no profesaban la fe católica o para posibles herejías que estuviesen brotando en la ciudad, tal y como fueron sus comienzos.
En cambio, a partir del siglo XVI se llevó a cabo una verdadera cacería de pensadores, literatos y un sinfín de personas de cualquier origen social que supusieran de algún modo desobediencia a la autoridad religiosa del momento.
Estas ruinas son testigo de los abusos de poder y de las calamidades que muchos sufrieron entre sus muros.
No podemos olvidarnos de que Sevilla era centro en Europa de todas las riquezas procedentes de América por lo que el control que ejercía este tribunal en la ciudad y el terror que había sembrado en ella fueron muy oportunos para los diferentes monarcas de los siglos XVI y XVII y para las autoridades religiosas católicas de este tiempo.
En nuestra ruta recorreremos el Puente de Triana, antiguo Puente de Barcas y visitaremos las ruinas del Castillo de San Jorge en el Centro de Interpretación. Posteriormente saldremos por el callejón de la Inquisición que aún perdura de la antigua ciudadela y aquí concluiría la visita.
En el siglo XVIII el deterioro del castillo obligó al traslado de la sede inquisitorial a otro edificio situado en la zona de la Alameda de Hércules actualmente desaparecido. La Inquisición continuará aunque con menor fuerza hasta su total desaparición en 1820.
Los crímenes y torturas a lo largo de sus trescientos años de existencia fueron importantes. El número de víctimas varía según diferentes estudios históricos y mucha documentación escrita de los procesos ha desaparecido. Algunos documentos cuentan que en 1524 ya habrían sido quemadas vivas más de mil personas y obligadas a abjurar otras veinte mil.
Es complicado tener cifras concretas y hay que precisar que las penas eran habitualmente multas económicas, servir en galeras como remeros, penas de prisión, y solo en los casos más graves, ser quemados vivos. Diversos estudios han estimado que las condenas a muerte tan solo se aplicaron en un 3,5% de los casos y el 1,8% de los condenados fueron quemados en la hoguera.
La Santa Inquisición actuó en las Coronas de Castilla y Aragón durante cuatro siglos hasta el 15 de julio de 1834, fecha en la que la regente María Cristina puso fin a su existencia.
La propaganda inglesa, francesa y holandesa se encargó de exagerar algo que las «inquisiciones protestantes» realizaban con todavía más violencia y en menos tiempo. Las mayores cazas de brujas tuvieron lugar en Alemania. Allí la cifra total de ejecuciones por brujería fue superior a la de las demás zonas de Europa juntas.
La Inquisición ofrecía unas garantías procesales más amplias que los tribunales ordinarios. Se recurría a la tortura en escasas ocasiones, y siempre bajo supervisión de un inquisidor que tenía orden de evitar daños permanentes, a menudo junto a un médico, en contraste con las salvajes torturas aplicadas por la autoridad civil .
Por fortuna, en 1991 fueron recuperadas las ruinas de la sede inquisitorial situada en los subterráneos del Mercado de Triana y en el año 2009, el Ayuntamiento de Sevilla creó en este lugar un centro de interpretación y memoria de lo que supuso la Inquisición española.
La ruta de la Inquisición se puede complementar con otras como la peste en Sevilla o rutas de leyendas y misterios en Sevilla.
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