Ruta de los Tartessos en Sevilla
Tartessos es una cultura que los griegos conocían y que creyeron primera civilización de Occidente. Habitó el suroeste de la península Ibérica, lo que hoy serían las provincias de Sevilla, Huelva, Badajoz y el Algarve portugués, desde final de la Edad del Bronce desde el 1200 a. C. hasta el 500 a. c., siendo su organización social y política superior a otros pueblos de la península Ibérica.
La zona se denominó Tartessos haciendo referencia al río Tharsis, como se conocía el Guadalquivir en aquella época, eje de la región, al que los romanos llamaron luego Betis y los árabes Guadalquivir.

Uan sociedad pujante
Los Tartessos vivían del comercio de las pieles y cueros de los numerosos toros bravos pastaban en esta zona. Muy destacada era la minería de oro, plata y estaño. Además, la región tenía un clima y suelos apropiados para para el cultivo de trigo, olivo, vid, etc.
La fundación de los enclaves comerciales fenicios y griegos provocó un proceso de culturación y adopción de técnicas de alfarería y de orfebrería.
Tartessos desaparece abruptamente después de la muerte de Argantonio, su único monarca, tras la batalla de Alalia en Córcega año 535 a.c.
Tras el ataque de los etruscos de la península Itálica y cartagineses (púnicos) del norte de África, que luchaban contra los griegos, los Tartessos se quedaron sin sus aliados y expuestos al ataque púnico. Cartago se convirtió así en dueña indiscutible del Mediterráneo Occidental cesando el comercio con Tartessos, que queda lentamente relegada al olvido.

Declive con los Cartagineses y la llegada de Roma
Los Tartessos derivaron a estados de menor entidad o tribus de llamados túrdetanos o túrdulos, sucesores culturales de los tartessos.
Este dominio púnico se mantendría en estas tierras hasta que Cartago se enfrentó a Roma por la hegemonía en el Mediterráneo occidental, en las guerras púnicas, siendo derrotada totalmente en el 146 a. C. A la llegada de los romanos la Turdetania se denominóBética, y al río Tartessos lo llamaron río Betis.

Una cultura llena de incógnitas
Siempre ha sido una incógnita si Tartessos fue una ciudad, capital de un fabuloso reino perdido, o simplemente una singular cultura extendida por la región suroccidental de la península ibérica. Lo cierto es que no se han encontrado vestigios de una urbe que respondiera a ese nombre, por más que varios buscadores como Schulten trataran de hallarla, aunque sí varios poblados culturalmente avanzados que tienen en común las características orientalizantes que definen el modelo tartésico, y que entre los siglos VII y VI a.C. alcanzaron su cénit cultural.
Los Tesoros Tartésicos en los Museos de Sevilla
Museo Arqueológico
Este museo ha cerrado sus puertas para una rehabilitación desde el 13 de enero de 2020. Avisaremos cuando vuelva a estar abierto. Algunas de las piezas más importantes serán expuestas en el Convento de Santa Inés.
El Tesoro del Carambolo
El Tesoro del Carambolo es un exquisito trabajo de orfebrería fenicia formado por el conjunto de varias piezas de oro. Fueron encontradas en 1958,1 en un santuario Tartesio situado en el cerro de El Carambolo de Camas, a tres kilómetros de Sevilla.

Está datado entre los siglos VI a V a.C. para el collar, y en torno a la primera mitad del siglo VII a.C. para el resto de las piezas del ajuar, que es propio de animales sacrificados en templos fenicios dedicados al dios Baal y la diosa Astarté.
El que vemos en el Museo es una reproducción estando el original en una caja fuerte.
El Bronce Carriazo
El Bronce Carriazo es una de las obras artísticas más conocidas de la Civilización Tartésica, datado en torno al 625-525 a.c.
Se trata de una placa de bronce con un tamaño de 15 x 10 cm, que se cree que es parte de un broche, representando a la diosa Astarté acompañada por dos ánades cuyas alas se unen sobre la cabeza de la diosa.
Se sabe que apareció cerca de Sevilla, aunque fue hallado de forma casual en los años 50 por el arqueólogo Juan de Mata Carriazo en un mercadillo de antigüedades.

Hoy es símbolo de Camas que la reproduce en un monumento a la entrada de la población.

Candelabros de Lebrija
Candelabros de época íbera de finales del siglo VII a. c, en total seis utilizados de origen tartesio hallados cerca de la población de Lebrija.


Otros hallazgos tartésicos
La Estela Tartésica de Villamanrique fue un hallazgo ocurrido el 22 de marzo de 1978 en el paraje denominado Chillas (situado en Villamanrique de la Condesa), con una inscripción arqueológica en piedra única, del s. VI a. C. Es el único testimonio de la escritura tartésica en el Bajo Guadalquivir. Se trata de un fragmento, no de una estela completa, que consta de 9 letras escritas de derecha a izquierda.
El Tesoro de Mairena del Alcor se considera el conjunto de joyería prerromana más importante de los localizados en Andalucía, por su calidad artística como por su aportación al conocimiento de la evolución de la joyería ibérica. Fue hallado por el perito industrial Andrés Morales, vecino de la localidad
Está compuesto por piezas de oro y plata producción local novedosas para la época, elaboradas bajo las concepciones orfebres tartésicas. En concreto, dos torques, dos brazaletes de modelo griego, una diadema de influencia orientalizante, una fíbula, una pequeña pulsera, un anillo con una placa grabada, una bulla esférica y hueca de oro y un pequeño colgante cilíndrico también del mismo material.

Entre otros hallazgos destacar la figura del Dios Melkart y cazuelas braseros, bocado de caballo con la diosa Astarté, junto a varios los vasos rituales.
Museo de Carmona

Desde mediados del siglo VIII a.c. se habían asentado pobladores en la zona norte de Carmona, actual barrio de San Blas, debido principalmente a su situación geográfica que controla las principales rutas del bajo Guadalquivir por sus importantes defensas naturales. Los Tartessos le dieron a la ciudad su primer nombre car.
En las salas 2 y 3 del museo se exponen restos de cerámica fabricada a torno fechada en el siglo VIII a.c, Vasijas , destacando el Conjunto del Saltillo. Tras excavaciones arqueológicas en la Casa de este Marqués se sacó a la luz un santuario.
El conjunto está formado por tres vasijas, cuatro cucharas de marfil, dos copas y un plato y vasos. Destaca el Vaso de los Grifos, dos Tinajas decoradas con flores de loto y el primer fragmento de escultura Tartésica, todo ello se añade una explicación detallada de la presencia de esta cultura en la ciudad.
En las salas 4 y 6 se exponen restos de la cultura Turdetana a partir del siglo VI a.c.
Otros museos con restos tartésicos
Museo de colecciones arqueológicas y paleontológicas en memoria de Francisco Sousa, situado en el Centro Cultural de la Villa, en la Rinconada, calle Vereda de Chapatales.

Muestra objetos de los cercanos yacimientos como el Cerro Macareno, que con dos hectáreas de superficie, se remonta al siglo VII a.c.. Es una colina formada por la acumulación de restos de las civilizaciones que allí habitaron desde la Edad de hierro, Tartessos, fenicios, cartagineses y romanos.
Encontramos Fósiles de la zona como elephas (Paleoloxodon) antiquus, una especie de elefante anterior al mamut que habitó las orillas del Guadalquivir hace 100.000 años y una muestra de la cerámica con una cronología situada entre los siglos VIII y I a. C., piezas tartésicas, , turdetanas, fenicias, griegas, íberas y romanas.
Abierto de jueves a sábados , mañanas y tardes, domingos y miércoles por la mañana.
Museo de Alcalá de Guadaira, situado en una antigua nave de una desaparecida fábrica de aceite, hoy rodeado por el Parque Central. En su interior se expone la historia de la ciudad, destacando el fósil de un cetáceo encontrado en los alrededores y restos de sus yacimientos, organizando numerosas exposiciones temporales.
En esta población encontramos los yacimientos del Castillo, el Gandul y Marchenilla.

Museo Arqueológico de Osuna, donde encontramos una muestra de restos prehistóricos y las reproducciones de los relieves ibéricos encontrados en Osuna a comienzos del siglo XX, los originales se encuentran en el Museo Arqueológico Nacional.

Museo histórico Municipal de Écija. En la sala de la protohistoria vemos del impacto de la colonización fenicia del litoral andaluz, hacia el siglo VIII a.C.
Tiene orfebrería tartésica con una espectacular joya y muestras del yacimiento de Alhonoz, uno de los principales poblados ibéricos de la zona.

Recorrido por paisajes Tartésicos
El Carambolo es un área situada a tres kilómetros de Sevilla, en la cornisa del Aljarafe frente a la población de Camas. Es una zona de pequeños cerros a los que llaman carambolos, que alcanzan un centenar de metros de altura y a los que se accede por el Camino de Guía.

En El Viso del Alcor, el extremo oeste del casco urbano, en el Parque de la Muela en la cornisa de los alcores, se encuentra la Tablada, un yacimiento arqueológico calcolítico, tartésico, turdetano y romano, incluso con posibles elementos neolíticos (son numerosos los fragmentos de piedra pulimentada). Allí se ha descubierto un poblado de la época Tartésica.

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